La pérdida de dientes también afecta la estética del rostro. Aparecen las arrugas y es todo el rostro el que se modifica, provocando una caída de la autoconfianza: evitamos el espejo, nos encerramos, ignoramos nuestra vida social ... la vergüenza se convierte en el sentimiento predominante, el tema de los dientes se vuelve tabú y a veces somos testigos de un abandono total, el paciente está convencido de que no hay nada que hacer para solucionar su caso. Y si además hubo un dentista que le aconsejó llevar una dentadura postiza para toda la vida ...
Frente al dentista, nos encontramos con las mismas preocupaciones. Frente a un profesional de la salud, el paciente se muestra reacio a permitir que un tercero observe el estado de su boca. De hecho, la boca es una parte íntima de la persona y no es fácil dejar que otra persona se preocupe por ella, especialmente si se han descuidado sus dientes. Este sentimiento de vergüenza a veces puede llevar a algunos pacientes a renunciar a su cuidado por temor a ser juzgados.
Aparte de las consecuencias a nivel oral, la ausencia de dientes puede influir en el estado general de salud del paciente, tanto física como psicológicamente.
Tenga la seguridad de que esto no es inevitable, las respuestas existen.