PRF son las siglas de Platelet Rich Fibrin, que significa "fibrina rica en plaquetas". Es un concentrado de plaquetas sanguíneas y células inmunológicas que reúne todos los constituyentes que promueven la cicatrización y la inmunidad, en una sola membrana, con una simple muestra de sangre. Es un concentrado de plaquetas autógeno, es decir, procede del propio paciente.
El método de preparación de PRF en cirugía dental
Para empezar, la enfermera saca unos tubos de sangre. A continuación, estos tubos se centrifugan para separar los componentes de la sangre en varias fases y así recuperar el concentrado rico en plaquetas, que es de color amarillento. Colocado entre dos compresas, una ligera presión elimina el plasma para obtener una membrana fácil de colocar en el sitio operatorio.
Puede usarse directamente en forma de membrana, para rellenar o sellar sitios quirúrgicos. También se puede mezclar con fragmentos de hueso para rellenar un déficit óseo. Al final, se obtiene una especie de apósito natural que muy rápidamente se transformará en tejido óseo o mucoso según la aplicación que se haga del mismo.
¿Cuándo usar un FRP?
El método PRF ha demostrado sus ventajas en muchas aplicaciones. Generalmente se utiliza en los siguientes casos:
- Extracción dental
- Cicatrización de tejidos blandos después de la colocación del implante
- Relleno de hueso
- Injerto de seno (también llamado elevación de senos sinuslift)
- Regeneración ósea guiada (ROG)
- Injerto de encías
Este aporte de fibrina rico en plaquetas estimula naturalmente la cicatrización de heridas. Las membranas de PRF sellan herméticamente las áreas operadas, acelerando la cicatrización del tejido de las encías y permitiendo una protección natural óptima.